19.6.12

Él se dedicaba a la fabricación de historias. Apenas funcionaban, caminaban lento y torpemente. Las historias se las regalaba a ella, y ella las tomaba entre sus manos y se le pegaban. Sus manos estaban tan llenas de historias que le picaban.
Hace poco volvió a regalarme una de sus historias, caminó veloz, hasta corrió, pero se cansó pronto. A mí la historia se me pegó en el alma, desde entonces me pesa y me pica. Yo ni sabía de la existencia del alma, pero supongo que es ahí donde se van las cosas que sientes en algún lugar de tu cuerpo que realmente no conoces.
Y ahora me imagino que él ya no fabrica historias, que se dedica a encontrar el alma de las personas, y como casi todo, no sabemos que existe hasta que duele. ¿Él tendrá alma?

1 comentario:

jipiboi dijo...

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