1.1.12

Escondías poesía en cada poro de la piel

Y es que hay versos que no puedes encerrar en un libro. Hay nudos en frases enlazadas que no puedes ordenar sobre el papel. Hay belleza  infinita en los susurros de las sílabas que borbotan en el corazón a media noche. Hay sonrisas encerradas en el poema de sus ojos.
No puedes poner diques al mar, me decías pegado a mi nuca.

Escondiste la clave en tus palabras, no supe leer, no supe saber, no supe interpretar. Iba a trancas, a trompicones. Deambulando, buscando versos en tu espalda, implorando las palabras que ya no gemían para mí.
     Quise atrapar tu inmensidad. Dime, quién puede abrazar lo infinito?... Yo quise agarrar tu alma con los dientes, retorcerla, sacar todo de ti. Exprimirte los sentidos.  
Tu eternidad, nuestra eternidad

La poesía más pura moviéndose ante mis ojos. Como el músico oye la melodía de su vida, su banda sonora. 
Y corre, corre para hacerla suya, para poseerla para siempre

Quise atrapar los escritos aún no escritos más intensos, las manos que rellenarían páginas de magia, sin saber, cariño, que las letras vuelan libres y que sólo son nuestros escasos segundos, cuando paran su revoloteo en para posarse en el corazón. 
Quise atraparte. 

No supe entenderlo a tiempo.



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