18.3.15

No te pido, te invito,
dejo espacios para que los sientas,
los percibas, los asumas,
y descubro caminos para ti,
una melodía que nunca escuchaste,
el nombre de alguna estrella que nunca miraste,
la caricia que nunca te brindaron,
entonces el perfume de tu cuerpo se expande,
se endulza y nos envuelve.

No es mucho el tiempo que estaremos juntos,
tu eres un junco en su plenitud,
yo la balsa que luego de recorrer mares y tempestades
busca el refugio del puerto.

Ven, acercarte,
sé que te sientes bien en la protección de mi pecho,
y en mis brazos,
seguras ramas de un gran árbol que los años no han podido vencer.

No apresuraré tus ansias de vivir y conocer,
pero si te lo iré mostrando sin pausas,
como en este instante,
en el cual mirándonos a los ojos
volamos hacia lo insondable de nuestras vidas.

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