Hay una criatura que me acompaña, leve, casi imperceptible, los días de entre semana de mi vida.
Es un ser mohíno, contenido muy en el fondo, con el alma en los huesos.
Es un monstruo iracundo, desfigurado, que gesticula intentando decirme cosas que no acierto a entender.
Cuando estoy sola, me doy cuenta de que soy yo.
Atrapada en las expectativas, decepcionada, inútil e inerme, allá donde se encuentre o a lo que se enfrente.En algún lugar de mi ser, sé que hay tanta belleza en el mundo que no hay de que tener miedo.
Sin embargo, la mayor parte del tiempo, vivo aterrada.
Es un ser mohíno, contenido muy en el fondo, con el alma en los huesos.
Es un monstruo iracundo, desfigurado, que gesticula intentando decirme cosas que no acierto a entender.
Cuando estoy sola, me doy cuenta de que soy yo.
Atrapada en las expectativas, decepcionada, inútil e inerme, allá donde se encuentre o a lo que se enfrente.En algún lugar de mi ser, sé que hay tanta belleza en el mundo que no hay de que tener miedo.
Sin embargo, la mayor parte del tiempo, vivo aterrada.
3 comentarios:
no había pensado al miedo de esa manera
un beso mujercita
Entiendo perfectamente ese sentimiento...
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