La teoría burlada

Es otra vez la sal burlando a la razón, a la teoría, a lo que un escéptico empedernido se niega a aceptar. Se contradice, se cansa de hacerlo y ese abrazo es la prueba irrefutable de que la hipótesis es falaz e inaplicable. La teoría fue burlada, pero la decisión continúa impávida, y aunque él esté destrozado en mil pedazos, sigue entero, porque en definitiva eso es lo que somos: fracciones unidas sólo por el sentimiento que justifica la respiración, y al mismo tiempo la detiene.