Si oyeran nuestras conversaciones pensarían que somos tontos y que nos divertimos con lo más simple. El secreto es que miramos a las cosas como si fuéramos niños, tontos, o locos, y así sabemos hacer risa de cualquier cosa. Damos la vuelta a las palabras, movemos los recuerdos. Cuando hay un problema lo exageramos hasta que deja de existir. Vivificamos y desmitificamos.
Gracias por hacerme reír tanto un miércoles a las dos y diez.
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