14.6.11

Lamento que tengas que mirar atrás para encontrar la felicidad.


 Vives momentos con personas. Y no sabes si para ellas significan lo mismo que para ti. Al poco, tras un intenso monólogo interior,  te resignas y aceptas para ti mismo que nunca llegarás a conocer su interior: sus sentimientos.  

  Un buen día, cuando la vida ya ha rodado mucho y ha expulsado los acontecimientos a la fosa donde caen los recuerdos, te encuentras con alguien a la vuelta de la última esquina. Y te confiesa todo lo que fue. 

Nunca en el momento. 
Más tarde, cuando ya se siente el efecto del sedimento.

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