Las personas nos confiensan sus verdades más profundas, más ocultas, cuando se sienten preparadas para ello. Y ese momento casi nunca coincide con el momento en que nosotros necesitamos oírlas. Tú me lo dices ahora; cuando ya no significa nada para mí, y cuando ya no cambia nada. A lo sumo, me haces sonreír con la mirada en el pasado.
Se convierte en un pequeño detalle lo que en otro momento hubiera sido una bomba.
1 comentario:
mire que interesante, siempre me dejan pensativos sus post.
Un abrazo.
Publicar un comentario